Según un reciente estudio del instituto Gfk, para muchas personas una interacción virtual puede ser tan satisfactoria como el contacto humano. Una constatación poco sorprendente en una época que tiende cada vez más hacia la tecnología y la multiplicidad de medios de comunicación. En este caso, ¿puede satisfacerse un deseo de infidelidad con una relación exclusivamente virtual? Es lo que quiere saber Gleeden, el líder europeo de los encuentros extraconyugales que cuenta con cerca de 3 millones de miembros.
Hace un mes se publicó el estudio de GfK, realizado entre 27.000 personas de 22 países diferentes. Su resultado es inequívoco: cerca de un cuarto de las personas interrogadas (el 23%) consideran que una interacción virtual vale tanto como un contacto humano. Efectivamente, para muchos de nosotros, visitar un museo a través de la pantalla de ordenador es tan satisfactorio como hacerlo en persona, y charlar vía chat sería el equivalente a tener una conversación cara a cara. En base a esta constatación, la web de encuentros extraconyugales Gleeden ha querido saber más y ha interrogado a más de 8.000 miembros* para comprender si ocurre lo mismo con las relaciones extraconyugales.
Cuatro de cada 10 mujeres satisfechas con una relación extraconyugal exclusivamente virtual.
En primer lugar la web ha preguntado a sus miembros si una simple infidelidad virtual es suficiente para satisfacer sus ganas de aventura. Y parece ser el caso de más de cuatro de cada 10 mujeres (41%), que declaran que no necesitan una relación física para romper con su rutina con su pareja oficial. De ellas, cerca de la mitad (el 48%) explican que buscan únicamente flirtear. Efectivamente, muchas mujeres casadas desean reconciliarse con la seducción sin dar el paso de una relación carnal. Otras prefieren una relación solamente virtual porque la consideran menos arriesgada. Es el caso del 24% de las mujeres interrogadas. Finalmente, el 19% de ellas no se sienten cómodas con la idea de pasar a la acción y simplemente quieren hablar y tener a alguien con quien desahogarse.
Los hombres quieren más que simples intercambios de mensajes.
En cambio, para los hombres una relación a través de la pantalla no basta. Es al menos lo que declara el 72% de los miembros interrogados. Y para los que se contentan con una relación virtual, las razones no son las mismas que las de las mujeres. Efectivamente, la mayoría de ellos (el 43%) declara bastarse con las infidelidades virtuales solamente por el hecho de ser menos arriesgados. Otros buscan seducir pero no desean nada más que un flirteo (el 36%). Finalmente, el 14% de los hombres interrogados se sienten más cómodos con una relación platónica y solamente quieren tener a alguien con quien hablar.
¿Chatear es engañar?
Los miembros también han sido interrogados para comprender, según su criterio, dónde empieza la infidelidad. La gran mayoría de los hombres (el 69%) consideran que una relación establecida con una persona que no sea su pareja no es infidelidad si es exclusivamente virtual. En cuanto a las mujeres, en cambio, el 53% sí considera que chatear es engañar.
Maïa Mazaurette, escritora y sexperta de Gleeden, nos habla sobre este estudio:
“¿Podemos seguir hablando de relación virtual cuando la mayoría de nosotros pasa el día online, cuando nos despertamos y nos dormimos con nuestros smartphones? ¿O cuando sabemos que casi la mitad de nosotros a veces pensamos en otra persona haciendo el amor? Parece difícil en 2016 mantener una clara distinción entre lo que es virtual y lo que es real… menos en el ámbito de la sexualidad, del deporte, de la alimentación, en resumen de lo corporal. Encuentro apasionante en este sondeo constatar como los hombres y las mujeres mantienen una relación diferente con las manifestaciones físicas de la infidelidad. Para ellas, ya es engañar (un poco). Para ellos, las consideraciones son más pragmáticas. Esta conclusión va en la línea de otros estudios que demuestran que los hombres son más sensibles con las infidelidades físicas y las mujeres con las infidelidades emocionales. Los investigadores consideran que se trata de una estrategia evolutiva de reproducción: un hombre quiere saber si es el único en fecundar tal o cual mujer, para asegurar su descendencia. ¡Todo esto parece finalmente muy lógico!”
La percepción de las relaciones virtuales parece evolucionar con el paso del tiempo. En el último sondeo de Gleeden realizado con el instituto IFOP solamente una pequeña mayoría de las personas interrogadas declaran todavía que intercambiar mensajes picantes con una persona que no sea su pareja es una infidelidad. Una tendencia a la baja que se acentuará con la integración cada vez más evidente de nuevas tecnologías en la vida diaria. ¿Y un o una amante en realidad virtual, infidelidad o no?
*Sondeo online realizado del 25 al 1 de abril 2016 entre 4.003 mujeres y 4.014 mujeres miembros de Gleeden.